martes, 9 de diciembre de 2008

TU CULO

No podía hacer otra cosa que pensar en tu culo,
tu singular y hermoso culo,
con la luz del flexo derramándose
por tu piel (chocolate con leche nocturna),
y había gotas de sudor rodando
como perlas por el carril central de tu espalda
y joder! todo era tan hermoso.

Me quedé paralizado,
de pie,
recorriendo con mi pupila dilatada
el contorno suave de tus nalgas, pero al poco
las lágrimas ya no me dejaban ver,
pues era mucha la emoción.
jeje.
Caí fulminado en un éxtasis de plenitud
y durante un rato largo ardí a tu vera.
Te quemé las sábanas, lo se
y lo siento. (pero puedo pagarlas)

A diez quilómetros de tu culo, tú me sonreías.
Y de ahí en adelante no recuerdo más. Creo que te lo mordí.

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